FORMAS DE EXPRESION

martes, octubre 03, 2006

Es mucha la gente que en pleno siglo XXI y en plena era del nacimiento de las nuevas tecnologías-y creo que es un matiz importante-se siguen preguntando por qué el ser humano actúa como actúa, el por qué de sus actos, el por qué las acciones del hombre generan acciones imprevistas y por qué hacemos cosas que no se esperan.
Preguntas como estas yá se planteó Schelling hace más de tres décadas en el clásico Micromotives and Macrobehavior. Schelling centró sus estudio en averiguar el por qué lo que hace un individuo afecta a las acciones de otros. De esa acción reacción surgen patrones de comportamiento. Este autor construyó un mundo artificial para hacer su estudio y llegó a la conclusión de que las personas de ese mundo creaban grupos en función de características comunes como podía ser el color. “Y ninguno de ellos busca vivir en grupos separados, sólo contar con algunos vecinos de su misma identidad. Sus exigencias pueden ser, por ejemplo, del 40 por ciento; es decir, que ya se den por satisfechos si menos de la mitad de sus vecinos son de su mismo color”, aseguró.
La conclusión fundamental del modelo de Schelling, según Sandra González Bailón, es que, aunque los agentes no quieren vivir en grupos separados, los barrios que forman con sus interacciones acaban segregándose. Ninguno de los agentes tiene un conocimiento global ni puede anticipar las consecuencias de sus decisiones agregadas: se limitan a mirar a su alrededor, a ponderar si sus vecinos son lo suficientemente iguales a ellos mismos, a decidir si eso les satisface, y a quedarse o moverse en consecuencia. Curiosamente, cuando los individuos son demasiado exigentes, y buscan un vecindario exclusivamente de su mismo color, el modelo no alcanza un equilibrio: su exigencia les fuerza a estar en peregrinación constante. Con relación a lo dicho por Schelling podemos unir otra teoría también muy extendida y estudiada hoy en día como es el efecto “mundo pequeño”.
Esta teoría dice que el ser humano es capaz de transmitir un mensaje de un grupo a otro, es decir, el mundo es tan pequeño que nos permite mantener una relación con todo el mundo pese a que como dijo Schelling, todos intentemos agruparnos con los que tienen algo en común con nosotros. Stanley Milgram en un estudio publicado explica este concepto a través de la historia de dos hombres que se encuentran por casualidad y resulta, que aun siendo de lugares diferentes conocen a gente en común. Pues esta misma teoría la podemos aplicar a lo que está sucediendo en la red. La gente crea grupos con los que posee algo en común pero ese alguien tiene otras características que lo unen a otro grupo por lo que no existe ya la unión entre dos sino entre muchos.
Esta teoría también la encontramos en el estudio que llevó a cabo la Universidad de Colombia. El ser humano se relaciona con personas que poseen algo común y que a su vez tiene algo común con otras, es decir, la conexión crea conexión. Creo, desde mi punto de vista, que los seres humanos están conectados todos entre sí sin llegar a saberlo, como demostró el estudio.
El estudio me parece muy interesante y creo que Internet y la red, pueden servir para hacer grandes estudios y avances en diversos campos del saber pese a ese gran número de personas que ven este nuevo medio como “un agujero sin fondo” del que no sale nada bueno. Un hurra para todas esas personas que con sus estudios descubren cada vez más a un ser humano impredecible e incomprensible.

1 Comments:

Blogger Jose Manuel Noguera said...

"el por qué de sus actos"... "porqué" junto, ya que ejerce como sustantivo.

No acabo de ver claro la relación directa entre Schelling y los seis grados, pero evidentemente se puede relacionar, como el "efecto mariposa".

Falta tu experiencia personal en la web del experimento. Centra los artículos según lo que se pide exactamente en el blog de la asignatura, y de nuevo, cuidado con las tildes diacríticas.

Nota V+

11:32 p. m.  

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